Trabajo como fotógrafo de interiores en Madrid para el Restaurante Casa Lobo, un mágico espacio situado en el número 5 de la calle Torrecilla del Puerto, a escasos metros de la popular Arturo Soria.
El lugar, que destaca por su elegancia y la exquisita composición de su decoración, está dividido en dos ambientes. El primero es propiamente el restaurante y el segundo hace las veces de afterwork.
En esta sesión como fotógrafo de interiores se intenta plasmar el ambiente de esas dos atmósferas diferenciadas: la primera, más íntima y formal y la segunda, dinámica, divertida e innovadora, con una propuesta de mesas altas formando un espacio fresco que no deja indiferente a nadie.
Este magnífico restaurante – cocktail bar ha sido diseñado, cómo no, por el interiorista Lázaro Rosa-Violán. Él es el artífice de esa apariencia tan cuidada, en la que destaca por encima de todo la imponente cristalera circular que consigue aportar la luz idónea a un espacio que se configura con elementos en madera y metal combinados con detalles de cuero o terciopelo presentes en los asientos.
El mayor reto en la sesión como fotógrafo de interiores en el Restaurante Casa Lobo de Madrid consistió en plasmar ese juego mágico de intimidad y frescura que tan acertadamente ha compuesto el diseñador Lázaro Rosa-Violán (premio Fuera de Serie 2017 en la categoría de Interiorismo) tanto en el interior del local como en la terraza, adornada por centenares de plantas que te transportan a un lugar de paz, lejos del bullicio de la capital.
Es todo un honor tener la oportunidad de captar la magia y el talento de un diseñador como Rosa-Violán. Por fortuna, además de en el Restaurante Casa Lobo, he tenido el honor de trabajar como fotógrafo de interiores en otros de sus proyectos, como el Restaurante Casa Mono o el Restaurante El Pelícano.
Sin duda, esta ha sido una de las experiencias más intensas y enriquecedoras como fotógrafo de interiorismo. Es un lujo poder recoger la luz y el color de la obra de este genio, referente en el sector a nivel internacional. ¡No dejéis de ir a impregnaros de la mágica atmósfera del Resturante Casa Lobo!